Se ha descubierto que otras 4 vacas más en 2 instalaciones en Kent, Reino Unido, están infectadas con lengua azul, confirmó el director veterinario.

A principios de este mes, la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal (APHA) y el Instituto Pirbright identificaron el primer caso de la enfermedad en el país. Los nuevos casos fueron detectados mediante vigilancia adicional, dijo el departamento de asuntos rurales Defra. Las autoridades volvieron a subrayar que la lengua azul no afecta a las personas ni a la seguridad alimentaria


Zona de control
Se ha establecido una zona de control temporal de 10 kilómetros alrededor de las granjas afectadas, restringiendo el movimiento de animales susceptibles excepto bajo licencia. Los rumiantes del Reino Unido no pueden exportarse desde ningún centro de ensamblaje del Reino Unido a la Unión Europea ni trasladarse a Irlanda del Norte hasta nuevo aviso.


El virus se transmite por picadura de mosquito y afecta a vacas, cabras, ovejas y otros camélidos como las llamas. Los mosquitos son más activos entre abril y noviembre y no todos los animales susceptibles muestran signos inmediatos o nulos de haber contraído el virus, dijo Defra. Todos los casos en el Reino Unido se encuentran en Kent, en el extremo sureste del país y en el punto más cercano, a sólo 20 millas de Francia.


Por lo tanto, lo más probable es que los mosquitos procedan de ese país donde hasta el momento se han confirmado más de 1.500 casos de lengua azul, aunque Defra no lo ha confirmado.


La jefa veterinaria del Reino Unido, Christine Middlemiss, dijo: “La lengua azul no representa una amenaza para la salud humana o la seguridad alimentaria, pero la enfermedad puede afectar las granjas ganaderas y causar problemas de productividad. Esta detección es un ejemplo de nuestros sólidos procedimientos de vigilancia de enfermedades en acción y también es un claro recordatorio para los agricultores de que la enfermedad sigue siendo una amenaza, a pesar de llegar hacia el final de la temporada de actividad de los mosquitos. Los agricultores deben permanecer alerta y reportar cualquier sospecha a la APHA”.


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