Desmodus rotundus, una especie de murciélagos vampiros, transmiten peligrosas infecciones, entre ellas la brucelosis una peligrosa enfermedad zoonótica, dos adversidades que coexisten en las zonas subtropicales y tropicales del continente americano. Aquí reportamos una prevalencia de infección por Brucella del 47,89% en una colonia de murciélagos vampiros que habitan la selva tropical de Costa Rica. La bacteria indujo placentitis y muerte fetal en murciélagos. La caracterización fenotípica y genotípica de amplio rango colocó a los organismos Brucella como una nueva especie patógena denominada Brucella nosferati sp. nov., al realizar el aislado de tejidos de murciélagos, incluidas las glándulas salivales, se sugiere que el comportamiento de alimentación podría favorecer la transmisión a sus presas. Los análisis generales ubicaron a B. nosferati como el agente etiológico de un caso informado de brucelosis canina, lo que demuestra su potencial para infectar a otros huéspedes.

El descubrimiento de que una alta proporción de murciélagos vampiros en un área tropical está infectado con Brucella nosferati patógena y que los murciélagos se alimentan de humanos y muchos animales salvajes y domésticos es relevante desde la perspectiva de la prevención de enfermedades emergentes. De hecho, los murciélagos que albergan B. nosferati en sus glándulas salivales pueden transmitir esta bacteria patógena a otros huéspedes. Este potencial no es exagerado ya que, además de la patogenicidad demostrada, esta bacteria posee todo el arsenal virulento necesario de peligrosos organismos Brucella, incluidos aquellos que son zoonóticos para el ser humano. Nuestro trabajo ha sentado las bases para futuras acciones de vigilancia en los programas de control de brucelosis donde estos murciélagos infectados proliferan. Además, nuestra estrategia para identificar el rango de alimentación de los murciélagos puede adaptarse para explorar los hábitos alimentarios de diversos animales, incluidos los artrópodos vectores de enfermedades infecciosas, y por lo tanto, de interés para un público más amplio además de los expertos en Brucella y los murciélagos.

Teniendo en cuenta que B. nosferati se aisló del contenido intestinal de los murciélagos en el 47 % de los animales infectados, no podemos descartar la posibilidad de que los murciélagos hayan tomado esta bacteria de un reservorio de terceros. No hemos intentado el aislamiento en otros huéspedes potenciales ni realizado una encuesta sobre anticuerpos contra Brucella en la vida silvestre. Sin embargo, otros han informado la presencia de anticuerpos anti-Brucella en la sangre de mamíferos silvestres tropicales como pecaríes, agutíes, carpinchos, coatíes, mapaches, zorros, felinos salvajes, nutrias, monos y tiras, todos especies animales identificadas en este trabajo como presas de murciélagos vampiros infectados. Además, el perro infectado con B. nosferati BCCN84.3 vivía en un área habitada por murciélagos D. rotundus.

Cabe destacar la descripción reciente de una B. amazoniensis emergente que infecta a los humanos que trabajan en la selva amazónica profunda, que probablemente adquirió la bacteria a través del contacto con la vida silvestre tropical, incluidos los murciélagos. Aunque esta bacteria es una especie diferente, se ramificó más cerca de B. nosferati que de otras especies. Asimismo, se encontró una alta seroprevalencia en pecaríes y capibaras silvestres en una región tropical de Venezuela con el aislamiento concomitante de organismos tipificados como B. suis usando bacteriología clásica. Sin embargo, la tipificación bacteriológica convencional no puede distinguir B. suis de B. nosferati. La cercanía a áreas con ataques de murciélagos vampiros y la ausencia de cerdos (reservorios de B. suis) en las cercanías donde se aislaron estas especies bacterianas selváticas sugieren la presencia de organismos zoonóticos de Brucella en estos animales de las áreas tropicales de América del Sur.

Nuestro enfoque identificó las preferencias de alimentación de una colonia de D. rotundus infectada con Brucella. Muchos estudios a lo largo de varias décadas han documentado que D. rotundus se alimenta de varios animales domésticos y silvestres. En un solo estudio, identificamos el espectro de preferencia de presas de una colonia de murciélagos vampiros infectados con Brucella en un área compleja determinada, lo que demuestra el potencial de nuestro enfoque para las estrategias de control en América Latina, donde prosperan los murciélagos vampiros. Esta práctica es particularmente relevante cuando surgen brotes repentinos de enfermedades infecciosas como la rabia o la brucelosis en un área determinada, y la gama potencial de reservorios requiere una rápida identificación para las acciones sanitarias y de vigilancia epidemiológica. Además, se puede utilizar el mismo enfoque para identificar las preferencias de las presas vectoriales de artrópodos.

Los murciélagos vampiros se alimentan de humanos en los alrededores del Parque Nacional Piedras Blancas. Cerca de 35 mordeduras de murciélagos en humanos fueron reportadas en 2021 por el Ministerio de Salud de Costa Rica. Sin embargo, se espera que el número de picaduras sea mayor ya que estos eventos a menudo no se informan. Varios investigadores también han descrito una alta incidencia de murciélagos vampiros que se alimentan de humanos (hasta el 88% de los habitantes) en condiciones ecológicas tropicales similares a las que se presentan aquí. Los humanos son abundantes presas diurnas potenciales que no han desarrollado mecanismos de defensa naturales contra los ataques de murciélagos vampiros cuando estos quirópteros cazan sangre por la noche. Los murciélagos ingresan con frecuencia a casas rurales y refugios en áreas tropicales de Costa Rica.

Teniendo en cuenta la alta prevalencia de infecciones por Brucella en D. rotundus, se necesitan más estudios en presas para evaluar el potencial zoonótico de B. nosferati. Desafortunadamente, en América Latina, incluida Costa Rica, rara vez se intenta el aislamiento bacteriano en animales y humanos, lo que excluye la oportunidad de identificar las especies de Brucella.

Se ha observado que los murciélagos vampiros se reproducen mejor y en grupos más grandes, precisamente en aquellas zonas fronterizas donde el forrajeo es abundante, ajustando su respuesta inmunológica y favoreciendo ciertas enfermedades sobre otras. A raíz de esto, no es de extrañar que D. rotundus se esté convirtiendo en una plaga en determinadas zonas donde abunda el ganado y los seres humanos. Nuestra experiencia reciente sugiere que los murciélagos pueden ser reservorios de nuevas y peligrosas enfermedades infecciosas para humanos y animales. Por lo tanto, la identificación de una nueva especie de bacteria patógena en los murciélagos vampiros D. rotundus y el establecimiento del rango de huéspedes potenciales en un ambiente dado son relevantes para los estudios epidemiológicos y para la prevención de enfermedades infecciosas zoonóticas, incluida la brucelosis.

Mayor información escribir a Edgardo Moreno, emoreno@una.cr.
Carlos Chacón-Díaz, Andres Moreira-Soto, Jan Felix Drexler y Edgardo Moreno contribuyeron igualmente a este artículo.