Un avicultor brasileño ha convertido su afición de criar una raza india de gallo gigante que alcanza una altura de 1,2 metros en un negocio muy rentable en el sector avícola.
Hace unos 20 años, cuando Rubens Braz empezó a criar aves de corral, no podía imaginar la escala que alcanzaría la cría de estas aves, tanto en términos de ingresos económicos como de tamaño de sus animales.
El criador afirmó que su empresa Avicultura Gigante produce aves que pueden venderse por 4.000 euros como raza pura. Esto es aproximadamente mil veces el costo de un pollo normal.
Una de las razas más grandes del mundo.
El Índio Gigante (o Indio Gigante) es una raza de pollo doméstico desarrollada en Brasil. Es una de las razas de pollos más grandes del mundo, especialmente en cuanto a su altura, que es el resultado del cruce de razas criadas en libertad con razas de combate. Según Braz, la raza es rústica y tiene niveles sobresalientes de productividad de carne y huevos.
La raza, que es una de las más pesadas del mundo, se recomienda para ornamentación y para cruzar con otras razas para mejorar el plantel reproductor. Mientras que los machos alcanzan 1,2 m de altura, las hembras alcanzan 1 m de altura.
Estas gigantescas aves de corral, que esperan el reconocimiento formal como nueva raza, están atrayendo el interés de muchos productores brasileños.
“Al principio era un hobby. Luego otros criadores se interesaron y hoy tenemos una operación comercial rentable”, dijo Braz en una entrevista en una de sus fincas en el estado de Goiás.
Nicho de mercado
Manteniendo su afición durante décadas, cría gallos gigantes para la agricultura en pequeña escala y se gana la vida con las crecientes ventas en todo el país. En cuanto a precios, una docena de huevos cuesta 60€, mientras que una gallina de 6 meses cuesta 70€.
Avicultura Gigante sigue siendo un actor de nicho en Brasil, que también se ha visto afectado por la crisis mundial de la influenza aviar, lo que limita el transporte de animales vivos en Brasil. Por lo tanto, Braz se centra en el suministro de óvulos fertilizados a los productores cercanos. En su granja viven unos 300 gallos y gallinas gigantes.
Si bien esto no es suficiente para satisfacer a la industria cárnica, dijo que hay mucha demanda por parte de los productores que buscan reforzar sus bandadas de pollos criados en libertad.