Los signos clínicos del síndrome de Cushing, independientemente de su causa principal, pueden incluir uno o la mayoría de los siguientes:
- Poliuria (aumento de la frecuencia de micción), polidipsia (aumento de la sed) y polifagia (aumento del hambre voraz).
- Debilitamiento y atrofia de los músculos de las extremidades y del abdomen, lo que resulta en agrandamiento abdominal gradual, lordosis (inclinación hacia atrás), temblores musculares y debilidad.
- Pérdida de peso. Si bien la mayoría de los perros parecen gordos, en realidad pueden perder peso debido a la pérdida de masa muscular.
- Depósitos de grasa en el hígado, lo que resulta en una función hepática disminuida.
- Las lesiones cutáneas son comunes y, a menudo, son los síntomas más reconocibles de la enfermedad. La piel puede adelgazarse o pueden aparecer depósitos minerales dentro de la piel, especialmente a lo largo de la línea media dorsal. El perro también puede presentar pérdida de cabello en un “patrón hormonal” sin picazón (pérdida de cabello bilateral y simétrica, no irregular como se ve típicamente en las alergias y, a menudo, asociada con adelgazamiento del cabello y crecimiento deficiente, en lugar de una pérdida completa del cabello). Esta pérdida de cabello puede concentrarse en el cuerpo, la ingle y los flancos, y no afectar la cabeza y las extremidades. En condiciones hormonales crónicas, el adelgazamiento del cabello puede estar asociado con un engrosamiento y una decoloración negra de la piel abdominal llamada acantosis.
- Cambios de comportamiento: letargo, alteraciones del ciclo sueño-vigilia, jadeos y disminución de la interacción con los dueños.
Se puede inferir un diagnóstico tentativo a partir de los signos clínicos, pero el diagnóstico positivo requiere confirmación de laboratorio. Diferenciar el Cushing dependiente de la hipófisis del Cushing primario suprarrenal es imposible sin pruebas de laboratorio.